Para Jesús Ángel Semprún Parra

Lo has visto
un hogar no es una hoguera
ni la pantalla de una rosa televisada
que espera el caer de sus pétalos en tu garganta
un hogar es una fragancia
no sándalo, no chanel
no el sumo fétido de los basureros
fragancia de la fruta roja de la nostalgia
que nace en la crin de los ojos de una madre
en la tonsura del humo de un padre
pelambre de abuelos olvidados en su decir

— ¿El hogar es un caballo?

no es cuadrúpedo; ni monociclo
un hogar tiene raíces
y está forjado en genes

— ¿Buscas decir que no tiene forma?

Su forma ayuda, es útil
en su figura se acoplan las sombras de sus miembros
su forma no aguanta, no puede aguantar
tener forma de cosa: así que imita a la célula
es invisible en el follaje y en el suspiro

— ¿Quieres decir sin decir,
que dices hogar cuando dices Dios?
no digo adentro desde adentro
digo aquí cuando sostengo mi cuerpo con mis piernas
y sobre ellas monto mi hogar-hormiga
más duradero que un instante, no dos
solo eterno, como un abrazo.

Del libro Poemas de silencio (2018)

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