EL POEMA ERA UN AGUIJÓN
de eso sabía José Antonio Ramos Sucre
pero no Juan Vicente Gómez
el poema era una daga venenosa
me parece que Arvelo Larriva
escribía versos en la pared de la prisión
el poema era un coche en llamas
en la piel de Andrés Eloy Blanco
el poema un títere suicida en la mano de Aquiles Nazoa
el poema una rotura de caderas para Caupolicán Ovalles
para Víctor Valera Mora el poema
era una estudiante de ingeniería masturbándose
para Lydda Franco Farías
el poema era una lucha sin oficios domésticos
y un montón de hermanos con corbata
para Hesnor Rivera el poema
era el poeta y un paisaje
el poema era cantar desnudo y callar vestido
en los tiempos de María Calcaño
el poema un infinito funeral
para Velia Bosch y Elías David Curiel
para Alfredo Silva Estrada el poema era una conjugación
Adriano González León sabía que el poema era él
y cantaba junto a otros eternos alguna canción de rocola
Guillermo Sucre y Rafael Cadenas tienen edad
para recordarla, pero apenas se atreven a tararearla
el poema era una clase de baile
en la manos de Mercedes Bermúdez de Belloso
o en la boca anómala de Miyó Vestrini
el poema una tanga traspapelada
en la oficina de don Alberto Arvelo Torrealba
o una sonrisa de velador bajo los anteojos de Montejo
el poema una pieza de jazz
el poema una nalga fugitiva
el poema un robo tonto de ilusiones
el poema una mentira más de los políticos
el poema una verruga y un puñal
el poema es una manifestación
un aparecido
una marcha
[Del libro Political Manifestation (2014)]
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